lunes, 27 de abril de 2009

Y el docente... ¿Dónde está?

Nuevas reformulaciones del rol docente... gestor de nuevos conocimientos"

Vivimos en un entorno de información que recubre y entremezcla saberes múltiples y formas muy diversas de aprender, a la vez que se halla fuertemente descentrado en relación al sistema educativo que aun nos rige organizado en torno a la escuela y el libro.
De ahí que una transformación en los modos de circulación del saber (J.Rifkin, H.1Fischer), como la que estamos viviendo, es una de las más profundas transformaciones que puede sufrir una sociedad.
El saber puede circular por fuera de los lugares sagrados que antes lo detentaban y de las figuras sociales que lo administraban. La escuela está dejando de ser el único lugar de legitimación ya que hay una multiplicidad de saberes que circulan por otros canales, difusos y descentralizados, siendo éste uno de los retos más fuertes que el mundo de la comunicación le plantea al sistema educativo. Esto pone a la escuela a la defensiva, generando en ella la construcción de una idea negativa y moralista de todo lo que desde el ecosistema comunicativo de los medios y las tecnologías de comunicación e información la cuestionan en profundidad.
Los nuevos saberes remiten a nuevas figuras de razón que nos interpelan desde la tecnicidad. Con el computador estamos ante un nuevo tipo de tecnicidad que posibilita el procesamiento de informaciones y cuya materia prima son abstracciones y símbolos, lo que inaugura una nueva aleación de cerebro e información que sustituye a la tradicional relación del cuerpo con la máquina. Además las redes informáticas al transformar nuestra relación con el espacio y el lugar movilizan figuras de un saber que escapa a la razón dualista con la que estamos habituados a pensar la técnica (F.Boncano), pues se trata de movimientos que son a la vez de integración y de exclusión, de desterritorialización y relocalización, nicho en el que interactúan y se entremezclan lógicas y temporalidades tan diversas como las que entrelazan en el hipertexto las sonoridades del relato oral con las intertextualidades de la escritura y las intermedialidades del audiovisual.
Una de las más claras señales de la hondura del cambio en las relaciones entre cultura, tecnología y comunicación, se halla en la reintegración cultural de la dimensión separada y minusvalorada por la racionalidad dominante en Occidente desde la invención de la escritura y el discurso lógico, esto es la del mundo de los sonidos y las imágenes relegado al ámbito de las emociones y las expresiones. Al trabajar interactivamente con sonidos, imágenes y textos escritos, el hipertexto hibrida la densidad simbólica con la abstracción numérica haciendo reencontrarse las dos, hasta ahora «opuestas», partes del cerebro (F.Varela, E. Thompson y E.Rosch).
De ahí que de mediador universal del saber, el número esté pasando a ser mediación técnica del hacer estético, lo que a su vez revela el paso de la primacía sensorio-motriz a la sensorio simbólica.

Es entonces necesario que el docente transforme su rol de “transmisor de conocimiento” en gestor de conocimiento”
El término gestión nos indica que debe existir una coordinación de todos los recursos disponibles para conseguir determinados objetivos, implica amplias y fuertes interacciones fundamentalmente entre el entorno, las estructuras, el proceso y los productos que se deseen obtener.
Retomando la idea de Manuel Castells de ubicuidad de la creación del conocimiento, es necesario generar espacios de intercambio y comunicación entre personas con distintos conocimientos. El conocimiento deja de ser individual y pasa a ser colectivo, creado socialmente.
Si en este marco conceptual pensamos en la relación del docente con sus pares, podemos imaginarnos las potencialidades que implica crear espacios colaborativos de trabajo que enriquezcan las prácticas de todos. Se trata de aunar los aportes del conocimiento individual de cada docente, puestos en conjunto para generar proyectos de trabajo común.
Pero también podemos pensar en el rol del docente en interacción con los alumnos. Aquí es donde el término “gestión” alcanza su mayor relevancia. En este contexto, el docente debe ser el encargado de conducir el proyecto áulico hacia el logro de los objetivos establecidos; de guiar el proceso de intercambio entre los estudiantes, de facilitar las herramientas necesarias para conducir hacia la construcción colectiva de nuevos conocimientos. Implica poner en práctica estrategias para acceder a la información, poder interpretarla, decodificarla, recombinarla, utilizarla para producir conocimiento.
Y es aquí donde el cambio del rol docente se hace palpable; de la visión tradicional del docente como transmisor de conocimiento pasamos a una visión del docente como facilitador, guía, orientador. Un docente que se baja del “pedestal del saber” y se constituye como un “puente”.
Y esto no significa la reducción del rol docente a la de un simple “mediador”. El docente sigue siendo la bisagra del sistema educativo: es quien genera el vínculo con los estudiantes, quien los motiva para acceder a determinados conocimientos que se convierten en aprendizajes gracias a las herramientas facilitadoras que les brindan y el intercambio en la tarea pedagógica. Los alumnos ya conocen las tecnologías de la información y la comunicación, incluso dominan su uso en algunos casos con mayores conocimientos que los adultos, pero necesitan que se los encuadre y se los oriente en su uso.
El rol del docente en la Sociedad de la Información deberá ser la de un profesional comprometido con la educación que deberá actuar, en consecuencia, preparando a las nuevas generaciones para convivir con las tecnologías de la información y la comunicación desde una formación que promueva la participación y reflexión crítica en su uso e interpretación. No podemos seguir enseñando a las generaciones del futuro con las herramientas que formaron parte de nuestro pasado.



Educar.... en la nueva Sociedad

La revolución de la tecnología informática, iniciada hace treinta años, está provocando nuevas necesidades formativas y de conocimientos en los ciudadanos. El acceso y uso inteligente de este conjunto de artilugios y tecnologías requieren de una persona con un tipo y nivel de cualificación distinto del que fue necesario hasta estos tiempos. Los acelerados cambios que impone la sociedad de la información en los ámbitos productivo y comunicacional, obligan a alteraciones profundas y ágiles en la transmisión de conocimientos. Más que contenidos curriculares, lo que se requiere es generar una disposición general al cambio en las formas de aprender, comunicarse y producir.
La enseñanza entendida como un acto de comunicación específica, es un proceso social que depende de las actitudes, valores e intereses sociales y no sólo del conocimiento y habilidades científicas. El papel del docente, como también el de los planificadores de la enseñanza, deberá incluir la capacidad de brindar un contexto en el cual el uso de las tecnologías en las escuelas mantenga una relación medios-fines, en la que la comunicación se oriente a adquirir y a procesar conocimientos con sentido de totalidad y de manera ordenada. La reflexión crítica tiene que estar en la base de las prácticas de aprendizaje con las nuevas técnicas y herramientas.
De lo contrario, se corre el riesgo de caer en una dispersión de actos comunicativos que no construyen ni sistematizan la información que van generando.
Estamos ante una nueva generación que necesita otros modelos de escolaridad y enseñanza adecuados al nuevo entorno tecnológico y cultural en el que se desenvuelven. Si la inclusión social pasa cada vez más por el acceso al conocimiento, por la participación en redes y el uso de tecnologías actualizadas de información y comunicación, el sistema de educación formal es la clave para difundir ese acceso, dado que permite masificar conectividad y uso de redes electrónicas. El debate en consecuencia, es sobre el modelo de sociedad que queremos construir. Por ello, un discurso pedagógico alternativo no puede obviar algunos de los numerosos efectos perversos que se están fraguando en el actual devenir de la sociedad de la información y que desde una ética democrática y progresista resulta a todas luces cuestionable y preocupante.
Educar conforme a los procesos y contextos culturales de los educandos nos devuelve a algunas de las premisas de la pedagogía crítica que Paulo Freire planteó durante los años sesenta y setenta, en el sentido de acercar la educación a las realidades socioculturales de los educandos y a una perspectiva crítico-transformadora de la realidad que viven los mismos. Una cosa es el consumo de información como mercancía y otra es utilizar la red para una mejora de la calidad de las interacciones humanas. La idea es utilizar los medios de comunicación en prácticas educativas como medios de expresión y de cuestionamiento, vale decir, como una práctica pedagógica que sea a la vez un ejercicio preparatorio de participación ciudadana.
Estamos planteando la necesidad de una política global en dónde las personas jóvenes y adultas conozcan los mecanismos técnicos y las formas de comunicación de las distintas tecnologías; adquieran criterios de valor que permitan a éstos discriminar y seleccionar aquellos productos de mayor calidad cultural; tomen conciencia del papel de los medios y tecnologías en nuestra vida cotidiana. Lo que está en juego es el modelo social de la sociedad de la información. Lograr las anteriores metas significará que ese modelo de sociedad futura se apoye más en principios y criterios democráticos que en los meramente mercantilistas.
Investigaciones hechas en varios países de América Latina sugieren que uno de los problemas respecto al impacto social de Internet en la cultura escolar es la tendencia a una implementación meramente instrumental o técnica, que malogra su potencial como lenguaje y como sistema de representaciones en los que los jóvenes crean y recrean relatos, visiones de sí mismos y de la sociedad (Bonilla, 2001).
También el uso de recursos audiovisuales convencionales dentro de las salas de clase, como la radio, el video y la televisión, constituye una herramienta que deberá contar con difusión progresiva en las escuelas. La experiencia muestra que la capacidad de atención, de motivación y de absorción de los educandos puede aumentar en buena medida cuando se utiliza apoyo audiovisual y se trabaja después, en una estructura más horizontal y conversacional, a partir de dicho material. A medida que se incorporen estos medios y la reflexión crítica sobre los mismos, la escuela podrá ir superando la oposición entre aprendizaje escolar y consumo mediático, estimulando en los alumnos un uso más selectivo y reflexivo del consumo cultural.
El desafío para las escuelas, sobre todo para las públicas, es salir de su posición defensiva frente al fenómeno de comunicación de masas, incorporar la plasticidad propia de dichos medios para difundir y combinar conocimientos, y, al mismo tiempo, organizar ese mosaico de estímulos mediáticos a fin de evitar la banalización del conocimiento y alimentar en el alumno un espíritu selectivo.
Consumir información pero sin criterios intelectuales ni morales conduce, inevitablemente hacia la alienación cultural y social.





Fábula de los tres hermanos resume la relación entre la sociedad de la información y la comunicación y la sociedad del conocimiento. Para la escuela el desafío está en la mirada, ni tan lejana que no logre anclar en las realidades del futuro que es posible traer al presente, ni en el suelo, en el pasado, que nos construyó como sistema que detentó y pretende continuar con la función de distribuir el conocimiento. Quizás la clave está en que el sistema educativo se sumerja de cabeza con los ojos bien abiertos, la mente alerta y la disposición permanente a renovar las prácticas de manera de transformar el “hacer educativo” en una actividad selectiva, reflexiva y crítica.

domingo, 26 de abril de 2009

La escuela Hoy......

¿Cuál es el rol del docente?.. ¿y el docente desaparece o…… se transforma?


En estos últimos tiempo la idea de alfabetización a dado un giro de 180º, a partir de una inserción de los individuos en un mundo con mayores desafíos ante la convivencia de diversos soportes para la escritura: el papel y las pantallas. Creemos que como docentes caemos en el error de tomar posturas extremas en cuanto al impacto y las responsabilidades de las nuevas tecnologías. Nuestro accionar debe ser reflexivo, independientemente del recurso que se utilice, de los modos en que se acceda a la información y al conocimiento, si somos capaces de a abrir una nueva ventana relacionadas con la lectura o la escritura nuestro humilde rol de mediadores se habrá cumplido.

Los cambios sociales constituyen una realidad que no es ajena al sistema educativo. En la nueva Sociedad del conocimiento se esta desarrollando un estilo de pensamiento que tiene como estrategias cognitivas la repuesta rápida, el ensayo y el error, el aprendizaje colaborativo y la resolución de problemas. Exige la incorporación continua de nuevos conocimientos, habilidades instrumentales y pautas de conductas en el ámbito personal, social y laboral.

En esta sociedad compleja, la escuela como institución social, se debate en tiempos de fluidez y tiempos de solidez, donde en el fenómeno educativo aparece una serie de dualidades: (homogeneidad/heterogeneidad- saber científico/practico- verdades absolutas/verdades relativas, etc)

La escuela debe enseñar cultura, la que permite que cada persona reflexione sobre su vida y su destino. Debemos aceptar que los niños y adolescentes cada vez saben más, pero no gracias al curriculum oficial sino, que aprenden mas cosa fuera de la escuela.

La presencia de las TIC, cada vez tiene más relevancia en nuestro bagaje cultural. Por ello uno de los retos de la escuela consiste en integrar las aportaciones de estos poderosos canales formativos en los procesos de enseñanza – aprendizaje.

Debemos educar para la sociedad del conocimiento, no se puede educar para y mediante la sociedad del conocimiento con modelos organizativos del pasado. Debemos abandonar la idea de que el alumno debe saber todo al salir de la escuela, lo importante es que las cosas las aprenda en el momento adecuado pero para ello debe estar preparado y saber como aprenderlas. No se trata de enseñar con o a través de la tecnología sino que la escuela se ve desafiada a enseñar para una sociedad que es modificada por los avances de la tecnología.

Se ha desmitificado el “mito” de que el profesor lo sabe todo, por el profesor que aprende con los estudiantes en una planificación abierta y flexible a las circunstancias del desarrollo y a las caracterisiticas de sus alumnos.

Para lograr estos cambios el docente debe asumir la complejidad de sus prácticas, debe ser un investigador en sus prácticas mejorarlas para propiciar aprendizajes significativos en una verdadera mediación entre la experiencia de los alumnos, la información existente, los modernos soportes y la producción colectiva de nuevos conocimientos.

Síntesis de la Revista Educando. “para la cohesión social” . Articulo Pensar la escuela hoy. Año 7. Villa Maria. Marzo 2009

viernes, 24 de abril de 2009

jueves, 23 de abril de 2009

Comunicación y Sociedad

“Comunicación y sociedad: tres hipótesis”
Dominique Wolton




Una frase de este autor nos produjo un alerta en cuanto al tratamiento de las cuestiones referidas a este tema : “mantener distancia entre las palabras” . Pareciera que en el planteamiento de las tres hipótesis con respecto a la consideración de la comunicación en la sociedad insistiera en que el lector debe tratar de encontrar las variables que le permitan leer la realidad con parámetros que diluciden cuestiones fundamentales.
La 1ª hipótesis y la que denomina central es “La comunicación es la condición de la modernización” y plantea dos razones fundamentales, la primera centrada en los sentidos, detallados cronológicamente: el que se refiere a la “comunión” al “compartir” (año 1160 en adelante) y el otro sentido el de “transmisión- difusión” (año 1700 en adelante).; con respecto a ellos Wolton plantea el concepto de ambivalencia insuperable refiriéndose a la comunicación como “norma” en el sentido en que se comparte entre dos o más personas y a la comunicación como “función” en lo que se refiere al proceso de transmisión – difusión. La 2ª razón es la que denomina “de éxito” y es el vínculo de la comunicación y el modelo cultural occidental de la modernización. Esta primera hipótesis tiene tres consecuencias en la sociedad: a) comprender mejor el éxito de todas las técnicas de la comunicación b) la existencia de una dualidad estructural (normativo/funcional) y c) la comunicación es tan importante como la salud, la educación. Etc.
La hipótesis número 2 es “la comunicación apuesta a la sociedad individualista de masas” y considera tres dimensiones fundamentales: el individuo, la masa y la comunicación en simetría con la tecnología, la economía y la sociedad y las analiza a través de una ideología técnica y una ideología económica atravesadas por la libertad y la igualdad de los individuos. Las consecuencias están centradas en el carácter público del discurso del que hay que tomar distancia centrando la cuestión de la comunicación en una problemática generalista.
La hipótesis número tres “La inteligencia del público”: el público que consume tecnología es el mismo que elige a sus representantes, por lo tanto hay que tomar con pinzas los discursos que desvalorizan las elecciones del público y es aquí donde Wolton plantea las siguientes consecuencias: a)que “no existe la separación entre información y comunicación” b) que el carácter mundial de las técnicas no bastan para crear una comunicación mundial c) y que la dimensión universal de la comunicación no se agota con las lógicas de la mundialización y globalización: éstas dos son realidades mientras que la universalización es un valor.

A modo de reflexión

Entonces, y manteniendo las distancias entre las palabras, es necesario que como educadores tengamos en claro que la revolución en la comunicación permitió la modernización de la sociedad pero no por eso estamos hablando de una mejor sociedad, la revolución de la comunicación no hizo que estuviésemos “más comunicados”, estar más informados no es “estar más comunicados”
Quienes trabajamos en educación tenemos el deber de tener en claro que los objetos son comunicadores de mensajes y nos hablan con un lenguaje muy rico, nos informan del pasado al que pertenecieron, del nivel tecnológico y cultural de la sociedad que lo fabricó, del nivel económico de quienes lo usaban, de su status social. Los objetos son portadores de significados sociales, de una jerarquía de valores tanto sociales como culturales, su mensaje se manifiesta en la forma, en el color, su ubicación en el espacio, los materiales, etc.
La evolución de los conocimientos sobre los materiales producidos hasta el momento, ponen de manifiesto la fuerte incidencia que en la actividad del hombre han tenido y tienen sobre la materia, manipulándola y transformándola. Las aplicaciones dadas a los materiales están en función de las necesidades que satisfacen y éstas, de los modelos de vida de una determinada sociedad. Este tipo de reflexión abre la puerta para el tratamiento, en la escuela, de las relaciones entre la ciencia, la tecnología y los requerimientos sociales. La escuela debe tener en claro que la tecnología tiene un tipo de relación con el ocio y los servicios y una muy distinta con la educación , la salud, la justicia, etc. A éstas últimas les cuesta subir una montaña mucho más alta para alcanzar los niveles que la tecnología desarrolla en juegos y divertimentos.

Paradoja de la Sociedad del Conocimiento

miércoles, 22 de abril de 2009

Sociedad del Conocimiento....Sociedad de la Información.. ¿Y la Educación?

Lo que está cambiando no es el tipo de actividades en las que participa la humanidad, sino su capacidad de utilizar como fuerza productiva lo que distingue a nuestra especie como rareza biológica, su capacidad de procesar símbolos”

Manuel Castells.
A ciencia cierta no hay una definición que establezca lo que es la sociedad de la información, no existe un concepto universal, pero la mayoría de los autores conciertan que alrededor de 1970 se inicio un cambio en la manera de funcionamiento de las sociedades. Ese cambio se refiere a que los medios de generación de riqueza poco a poco se han trasladado de los sectores de industriales a los sectores de servicios.
Decimos que esto supone que en las sociedades modernas, a mayor parte de los empleos ya no están asociados a productos tangibles, sino a la generación de almacenamiento y procesamiento de todo tipo de información.
Actualmente la irrupción y desarrollo de las nuevas tecnologías están conformando una serie de cambios estructurales, a nivel económico, laboral, social, educativo, político, de relaciones. En definitiva, se está configurando la emergencia de una nueva forma de entender la cultura. En esta coyuntura, la información aparece como el elemento clave, aglutinador, estructurador... de este tipo de sociedad.
Hoy la información se nos vende como un elemento accesible, que se puede poseer que da poder, que da conocimiento. La información con las nuevas tecnologías, se independiza de los sujetos. Las personas son despojadas de la posesión, de ser la fuente y manantial de la información. No es la información para los sujetos y gracias a ellos, sino que los sujetos son para la información y, al final, serán los productos de la misma. Es decir, "el mundo físico ha dejado de ser el destinatario básico de la transformación. El destinatario ahora, es la totalidad de lo real, los seres humanos incluidos".
La información ha pasado a ser un bien de consumo.